viernes, 30 de marzo de 2018

Torrejas y nostalgia

No, no es una errata... hoy os traemos torrijas o torrejas (en algunas variantes del español se dice así) con almíbar de nostalgia.

¿Cuál es la relación perversa entre nostalgia y torrijas? La relación que hace mi cerebro. Este viernes tenía dos opciones: hablar de esos días, esos días terribles, esos días que llevan un nombre y en los que el viento sopla en una sola dirección...  “¡Ay!, de lo indescriptible“*; o buscar el origen de las torrijas... ¡nuestras primeras torrijas juntos!

Decido no elegir, hay tiempo y espacio para la torreja nostálgica.
Lo que más me ha sorprendido del origen de las torrijas es conocer un poco de la historia del primer gastrónomo que documenta este dulce: Marco Gavio Apicio (Marcus Gavius Apicius), romano del del siglo I d. C. que era conocido sobre todo por sus excentricidades y una enorme fortuna personal que dilapidó (esto es pasión por la cocina) en su afán por hacerse con los más refinados alimentos , elaborados en complicadas recetas, algunas atribuidas a él, como el foie gras. Su desmedido epicureísmo (disfrute de la vida) le granjeó la antipatía de los estoicos (rechazan las pasiones y los deseos) contemporáneos suyos como Séneca. Se desconoce con exactitud la fecha de su muerte, pero se dice que se suicidó envenenándose al asumir que su estilo de vida lo había arruinado completamente.
Que si la torrija o torreja fue (siglo XV) alimento de parturientas; que si en Francia hay algo parecido que se llama pain perdu; que si a comienzos de siglo XX era muy habitual en las tabernas de Madrid y se servía con vasos de vino (“chatos”)..; cada uno que se quede con su curiosidad.
Y aquí os presento mis (nuestras) primeras torrijas, quería compartir con vosotros mis principios (como torrijera). ¡Son las primeras que hago (hacemos)! No seas muy crueles... no se ven muy bonitas pero estan comestibles



¡Ah! Estos días terribles en los que en el aquí y ahora vives en otro tiempo, en otro espacio. Reivindico el pasado; reivindico desde aquí, esos ratos de recuerdo... acompañados de torrijas.



*A algunos les sonará... sí, Silvio Rodríguez Domínguez.

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