viernes, 2 de marzo de 2018

Poesía, eres tú...(2)

En próximos viernes, seguiré hablando de lenguaje, de verborrea, de contacto, de poesía...

Y aquí está el siguiente viernes...





Hoy traemos las características del habla verborreica 


Recordamos, del viernes pasado, que con "habla" nos referimos a la materialización individual de la lengua.  El habla es concreta y diferente en cada individuo: la escuchamos, la vemos (signos) la leemos , la percibimos... 

El habla neurótica, la verborrea, se caracteriza por un discurso repetitivo, estereotipado, sin afecto, monótono; habla llena de muletillas, coletillas (frases hechas): “y tal y cual”, “así que...”, “o sea...”, “¿sabes?... 




El habla verborreica no es descuidada, la manera de combinar las frases está muy estudiada. Antes de emitir un posible comentario que trascienda la barrera protectora de las palabras lo envuelve en expresiones del tipo: "En mi humilde opinión...", "Hablando en serio...", "No sé si me explico...", "Quiero decir...", "Esto, quizás no viene al caso, pero..."...

No es tanto lo que dice el que habla sino cómo lo dice. El verborreico no contacta con el “Yo”. Esta falta de de contacto se refleja en la división del cuerpo. En ocasiones, parte del cuerpo “dice” una cosa y otra parte "dice" otra...: la boca puede emitir un sonido y no existe vocalización; o un ojo aparece vidrioso y el otro sigue el ritmo del habla... 

Las palabras salen a ráfagas sin tener en cuenta la respiración. La verborrea aísla al individuo del entorno y del organismo; el individuo utiliza el habla como pantalla protectora del entorno y de sí mismo. Esta manera rígida de hablar le permite sacar una pequeña parte de las posibilidades de la situación actual; esto le basta para mantener una fachada social y evitar los incómodos silencios, o reconocerse a sí mismo o a los otros, para evitar el contacto. El verborreico rara vez escucha su propia voz.

El habla neurótica le sirve al individuo para no avanzar. Para repetir situaciones y resolverlas de la misma manera. El “Tú” es irrelevante en la situación real actual.

Al verborreico, por un lado no le interesa su entorno; pero por otro necesita hacer referencia a él para no sentirse demente o ridículo. La verborrea le sirve como sustituto de vida por lo que no puede permitirse darse cuenta de la realidad que lo rodea con sensaciones y sentimientos porque podría romper esa pantalla protectora ya que la realidad es dinámica y destruiría sus proyecciones y racionalizaciones.


Atención: utilizar las expresiones a las que he hecho referencia, usar muletillas, incluso "despersonalizar" el discurso de vez en cuando no quiere decir que nuestra habla sea verborreica; lo neurótico es no poder dejar de utilizar este tipo de discurso y no adecuar el tipo discurso a cada situación.


Hoy, todo, todito del PHG, Terapia Gestalt: Excitación y Crecimiento de la personalidad humana, en la Colección los libros del CTP. Capítulo VII

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