¡Va de cuerpo...!

"Ir de cuerpo"...,  decía mi abuela cuando quería referirse a "defecar", "evacuar", "ir al baño", "ir al servicio" y otros sinónimos escatológicos que nos sirven para definir el final del proceso de la digestión; cuando los organismos sanos expulsamos  aquella materia que no nos sirve, tras el proceso de transformación de los alimentos en sustancias sencillas que el cuerpo es capaz de absorber y que necesitamos (no somos capaces de fabricarlas) para crecer (en los periodos de crecimiento) y para mantenernos sanos.

"Todo este proceso lo realizamos de un modo natural, espontáneo y no consciente, salvo cuando se nos plantea una situación difícil en donde nos hacemos conscientes de esta dificultad y necesitamos aplicar la consciencia deliberada para la satisfacción de nuestra necesidad" Borradores para la vida- Pensar y escribir sobre Terapia Gestalt, Carmen Vázquez Bandín, Ediciones de la Sociedad de Cultura Valle-Inclán, Colección Los libros del CTP. http://www.centrodeterapiaypsicologia.es/libros/catalogo.html. Claro, Carmen Vázquez no se refería al proceso de la digestión...

Y después de este paso por la buena digestión y la obligada visita al baño, ¿qué pinta el cuerpo en terapia gestalt?

En la relación terapeuta-paciente, observamos lo único que se nos muestra ante nosotros: el aquí y ahora de nuestro cuerpo y el del paciente. El cuerpo es la primera y única posible etapa inicial para la satisfacción de necesidades: toda necesidad, empieza en el cuerpo.

Lo que podemos percibir del cuerpo son los movimientos, tanto micro movimientos (esos movimientos pequeñitos, casi imperceptibles, pero que nos dan mucha información de lo que está pasando), como movimientos más gruesos que estamos más acostumbrados a observar y de los que nos damos cuenta.

El cuerpo tiene unos patrones de movimiento que se van desarrollando progresivamente en las distintas etapas evolutivas del crecimiento. Cuando por distintos motivos en los primeros años de nuestra vida, hasta los 12 años, estos patrones sufren alguna deficiencia en su desarrollo, las sensaciones, y con ello la formación clara de la figura que va a mostrar nuestra necesitad, se ven perturbadas. Para completar esta merma de sensaciones los seres humanos hemos recurrido a diversos ajustes creativos. En el tema de los patrones de movimiento, son imprescindibles las aportaciones de Ruella Frank, ver La consciencia inmediata del cuerpo, Ediciones de la Sociedad de Cultura Valle-Inclán, Colección Los libros del CTP. http://www.centrodeterapiaypsicologia.es/libros/catalogo.html.

En terapia estamos atentos al movimiento corporal y a sus rigideces. El terapeuta propone al paciente experimentos que van a poner de manifiesto, tanto al terapeuta como para el paciente,  la rigidez que dificulta el que el paciente se de cuenta de las sensaciones, A veces, el paciente, al darse cuenta de estas rigideces, le vienen a la memoria el momento de su pasado en el que se fijó esa rigidez. Es lo que en terapia gestalt llamamos "asunto inconcluso"  (o problema resuelto de forma inadecuada).
El paciente deberá resolver la situación que acaba de co-crear  en la propia sesión y siendo el terapeuta el entorno real, en el aquí - ahora, esto le va a permitir la actualización de la experiencia y por lo tanto el cambio y el crecimiento.