
Para empezar y aclarar de qué estamos hablando en cada momento, creo que debemos definir lo que entendemos por lenguaje, lengua y habla (de una forma muy general y sin entrar en análisis lingüísticos).
Vamos a llamar lenguaje a la capacidad de comunicarse, algo universal; permite al ser humano aprender lenguas.
Lengua, al un conjunto de símbolos o sistema abstracto cuya principal función es la comunicación. Así hablamos de la lengua inglesa, lengua francesa, la lengua de signos... Según está definición, “los dialectos” aquí entran en la definición de lengua.
El habla es la materialización de la lengua y a diferencia de ésta no es social, sino individual. Lo único que, tanto en terapia como en cualquier relación organismo/entorno, podemos observar. A diferencia de la lengua y el lenguaje, el habla es concreta (la escuchamos, la vemos, la leemos, la percibimos...).
Por qué en el lenguaje (en el habla cotidiana) común no hacemos estás reflexiones ni diferencias:
primero, porque no nos hacen falta. Cuando utilizamos las palabras, lo
hacemos en un entorno que nos da la interpretación más próxima. Y porque la lengua inglesa no tiene dos palabras para diferenciar lengua/lenguaje y ambos conceptos los identifican con la palabra
language; sin embargo, para habla
utilizan la palabra speak (speak
English).
El habla es una
actividad profunda y espontánea. Desde la antigüedad, los filósofos han sentido
que la educación consiste sobre todo en aprender de Letras.
El concepto de las siete artes
liberales se generalizó en las escuelas monásticas y catedralicias de la Alta Edad
Media, que se fijó particularmente a finales del siglo VIII: Trivium et Quadrivium se adoptaron como currículum educativo.
Así, se dividían los dos grupos de
estudios:
·
Trivium significa en latín
“tres vías o caminos”; agrupaba las disciplinas relacionadas con la elocuencia,
según la máxima "Gram. loquitur, Dia.
vera docet, Rhet. verba colorat" (“La gramática ayuda a hablar, la
dialéctica ayuda a buscar la verdad, la retórica colorea las palabras”).
¡CUÁNTO TENEMOS QUE APRENDER DE LOS
CLÁSICOS!
El niño que forma su personalidad al aprender a hablar consigue un ¡logro espectacular! ¿Qué sentimos la primera vez que pronunciamos una palabra y, sin hacer nada más, nos entendieron? Sin mirar hacia ningún lado, sin tener que llorar, sin alargar la mano; cuando dijimos “aβ̞a” y nos acercaron un recipiente con... ¡agua!... ¡Qué sensación de triunfo!
Anécdota personal: unos cuantos años después del de “aβ̞a”, len los primeros años de primaria (en mi época, EGB)
tuve problemas en el cole (los tuvimos el cole, mi madre y yo) y mi profe de
primero (yo tenía 6 años) diagnosticó que yo tenía "problemas de lenguaje" (literal,lo he
copiado de mi cuaderno de notas) y... sí, sí que los tuve durante toda mi
vida y los sigo teniendo... ¡me maravilla esa capacidad que tenemos de aprender lenguas! ¡me
embelesa el habla de la gente!... viajo, y en lugar de tomar fotos o admirarme de
los monumentos, me quedo extasiada oyendo o leyendo en otra lengua. Tuve tantos
problemas con el lenguaje que decidí licenciarme en él.

Cuando los conflictos no se han vivido sino que se han apaciguado por una tregua prematura que incorpora criterios ajenos, se forma una personalidad verborreica (discurso aburrido, sin afecto, mecánico, repetitivo; decimos “que no transmite”...). Es una incorporación de un lenguaje ajeno, aceptado pero no asimilado; el campo es forzado, estereotipado, encorsetado... Lo contrario a la verbalización neurótica es el habla creativa, poesía.
En próximos viernes, seguiré hablando de lenguaje, de verborrea, de contacto, de poesía...
Fundamentalmente. para esta entrada y las siguientes relacionadas con este tema, he consultado:
- PHG, Terapia Gestalt: Excitación y Crecimiento de la personalidad humana, en la Colección los libros del CTP. Capítulo VII
- Perls, Laura, Viviendo en los límites, Ed. Promolibro, Valencia
- E. Coseriu, Teoría del lenguaje y lingüística general, Ed. Gredos
- N. Chomsky, El conocimiento del lenguaje, su naturaleza, origen y uso, Ed. Alianza Universidad